Oscar De La Rosa, Zamora
“Los ejidatarios tendrán la última palabra para seguir o no con el proyecto de la declaratoria como área natural protegida del Cerro de La Beata. Hemos llegado a un punto donde la gestión es desgastante porque son muchos años y no vemos que haya resultados concretos en este tema por la falta de voluntad o simplemente dar respuestas certeras al respecto”, puntualizó Salvador Camacho Sánchez, presidente del club de amigos de La Beata.
Enfatizó que ya son 16 años en los que han pasado diferentes políticos y administraciones municipales que aparentemente se comprometen con la causa pero al final los resultados son los mismos, porque no hay pasos decididos hacia el proyecto de declaratoria que permitiría hacer del cerro de La Beata un ícono turístico importante para la región.
“Deben quitarse de la cabeza que buscar este proyecto con ahínco desde hace muchos años no significa beneficiar únicamente a una persona. La intención es que de un proyecto ecoturístico se pueda establecer un espacio para que lleguen familias y visitantes, que se proteja la flora y fauna existente en el cerro y que se evite la construcción de más asentamientos en este punto que a últimas fechas han crecido en demasía”, dijo.
Comentó que por ello han solicitado de manera inmediata y como último recurso auxilio de la Dirección de Desarrollo Rural para que sea el intermediario y haga una convocatoria general a los comisariados ejidales para que en una reunión escuchen de manera detallada el proyecto y manifiesten su voluntad con relación a concretar el tema.
“Queremos que se nos escuche por parte de quienes tienen esa responsabilidad en lo que corresponde al destino de los usos de suelo del cerro de La Beata. Si la decisión es positiva buscamos que se manifieste por escrito y que se cumplan los acuerdos establecidos en una minuta porque es momento de que se presenten resultados reales”, mencionó.
Concluyó al decir que en caso de ser negativa la decisión buscan que también se haga saber con claridad y que de esa manera se de carpetazo a un proyecto que durante muchos años ha sido gestionado sin resultados. A partir de ese momento, los ejidatarios tendrán que asumir su responsabilidad para proteger el área verde que sería lamentable que se perdiera con la creciente urbanización.