-Por el momento su actividad está detenida por la pandemia, pero pretende seguir en esta labor vestido de héroe
Elena Rojas, Zamora
A los 5 años Gabriel Zamora fue diagnosticado con un Tumor de Wilms (cáncer abdominal) localizado en el riñón, durante un año paso su vida en el hospital luchando por su vida, ahora a sus 14 años es sobreviviente al cáncer, aunque esta batalla no ha sido fácil, dado que tiene que estar en vigilancia médica constante e intensificar sus cuidados porque ahora ya sólo tiene un riñón.
Sin embargo, ante la adversidad, jamás claudicó, recuerda que en sus momentos de agonía entraron al cuarto del hospital “Los tres reyes magos”, “fue un rayo de luz, deje de sentir angustia y todo se tornó en alegría. Por ello quise que eso mismo que me trasmitieron en ese entonces, ahora poder compartir con los pequeños que padecen la enfermedad”.
También su inspiración fue el doctor Sergio Gallegos, quien se disfrazaba de diversos personajes para obsequiar sonrisas a los pequeños. Por lo que desde los 7 años Gabriel Zamora empezó a disfrazarse de diferentes súper héroes: Spiderman, Super Man, Batman, Capitán América, Iron man, El Chapulín, Toor, Dr. Stranger y el Zorro, para llevar al hospital infantil alegría a los pequeños que día a día luchan contra la enfermedad.
“Es una manera de recordar a los niños que deben tener espíritu vencedor de súper héroes, que si pueden contra la enfermedad, no están solos, ese ambiente tenso y hostil se puede tornar en un ambiente de magia, pues Dios da la batalla más difícil a los mejores soldados, la vida es bella, debemos ser positivos y nunca perder la fe”.
También el joven Gabriel lleva alimentos a los familiares de los pacientes que se encuentran internados en el Hospital de Oncología y en el Hospital Civil, ambos en la capital del estado, “estas no solo representan una terapia para mí, sino para quienes llevo el mensaje. Estoy convencido que no solo la medicina puede curar, la alegría tiene un poder de sanación, no basta con la atención medica, todo enfermo requiere atención emocional, saber que no están solos, que les trasmitan buena vibra”.
Finalmente dijo, “aprendemos de toda experiencia, buena o mala, muchas veces le pedimos a Dios que cambie nuestra situación, sin saber que él nos puso en la misma para cambiar”. Hoy el joven aspira a ser médico oncólogo, “necesitamos más profesionistas que no solo apliquen sus conocimientos médicos, sino que trabajen con el corazón”.