–Muchos artesanos no están conscientes de su gran potencial creativo
Elena Rojas, Zamora
“La muerte del saber artesanal es un proceso lánguido, lento y a veces silencioso; está sucediendo ante nosotros y no nos damos cuenta, entre otras cosas por el desprecio que tenemos por estas manufacturas que damos por sentadas como baratas. No pensamos en el artesano como un maestro que tiene saberes preciosos a trasmitir y fomentar, sino por el contrario, nos damos el lujo de regatear el precio de sus mercancías porque las tiene en el suelo y no en las estanterías de un supermercado”.
Así lo externó Nora Jiménez, profesora investigadora del Centro de Estudios de tradiciones del Colegio de Michoacán (Colmich), al dar su percepción sobre la crisis que hoy en día enfrenta el sector artesanal.
Añadió que con el regateo que constantemente practicamos con los artesanos, no nos damos cuenta de que estamos haciendo menos posible para ellos vivir de la manufactura que realiza con sus propias manos, “con su cuerpo y que en ese sentido los hace como monumentos vivientes”.
Dijo que para mejorar las condiciones de los artesanos deben implementarse estas estrategias: “promover una consciencia en el consumidor, establecer procedimientos e instituciones que bajo los propios términos de los artesanos, no inventados en un escritorio de un funcionario que no tiene ni idea de lo que eso es, establecer mecanismos y apoyar la trasmisión de sus conocimientos. Se trata de ayudarlos, no de explotarlos. El apoyo que se les debe dar es para aprender a gestionar la comercialización de sus productos”.
Admitió que incluso muchos artesanos no están conscientes de su gran potencial creativo, “por ejemplo las ollas de Patamban se venderían muy bien en el mercado europeo, es un utensilio de barro que no se rompe cuando uno lo pone sobre el fuego, pero ellos no saben el valor y lo excepcional de ese saber que todavía cultivan”.
Agregó que las condiciones lamentables que enfrentan los artesanos se vienen dando desde hace varios años ante la falta de apoyo, carencia de interés por fomentar la trasmisión y la falta de aprecio por el trabajo de los artesanos y su saber.
Finalmente recalcó que esta crisis es generalizada en el país con el sector, “sin embargo en Michoacán es más triste porque tiene una tradición artesanal distinguida, en comparación con otras entidades, es un paraíso de artesanías; así como hay crisis, hay oportunidades”.
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