Elena Rojas, Zamora
“El COVID-19 no es un castigo de Dios, sino un signo de los tiempos que nos invita a reflexionar sobre las relaciones humanas , sobre la importancia de un beso y un abrazo, así como del cariño y el amor hacia el prójimo, de los valores humanos porque lamentablemente sigue acosándonos una podredumbre de tanta perdición con exacerbada violencia: homicidios impunes, extorsiones, robos. Ya no hay respeto ni para la vida, ni para los bienes del prójimo”, señaló Alfonso Verduzco Pardo, sacerdote.
“Esta pandemia debe sacudirnos la conciencia para que mejoremos nuestro modo de vivir y evitemos la injusticia, la prepotencia, el odio, el rencor, el desprecio, la indiferencia hacia los más vulnerables, también nos ayuda a reflexionar sobre la importancia del cuidado ecológico, no debemos ser agresivos con la naturaleza, ni con nuestra propia humanidad”, resaltó.
Indicó que quedarse en casa, más que verlo como un encierro debe verse como una oportunidad para la oración en familia y para fortalecer los lazos familiares, “porque lamentablemente siguen aumentado los matrimonios que se divorcian, familias que se desintegran, niños que quedan en orfandad por el machismo que se vive en los hogares. Debemos reflexionar como estamos viviendo, porque una vez que acabe nuestra vida temporal, una vez que llegue la muerte, vamos a comparecer ante el tribunal de Dios y él va a juzgar cómo hemos vivido, por lo que debemos procurar que nuestra vida sea grata a los ojos de Dios”, finalizó.