José Luis Ceja Guerra
Con la visita del Presidente de la República Felipe Calderón a la ciudad de Sahuayo quedaron beneficios, pero quedó también expuesta la tibieza de muchos de los ediles presentes a los que les faltó corazón para tomar las palabras ofrecidas.
Y es que, cuando el Ejecutivo Federal ofreció que, o se gestionaran los derechos de vía para el nuevo entronque a la autopista Guadalajara-Morelia, o se diera pues la rehabilitación y ampliación del ya existente, ninguno de los ediles presentes siquiera levantó la mano para que, de una vez, se definiera por lo segundo.
Lo que ocurre es que el proyecto de construcción de este tramo carretero se ha pervertido en exceso pues ya el entonces legislador local Gustavo Orozco en el periodo de gobierno de Lázaro Cárdenas Batel, había anunciado como un hecho irrefutable la construcción de ese tramo sólo que, al igual que hoy, los municipios carecían de recursos para indemnizar a los ejidatarios cuyas parcelas se verían afectadas.
Esto es, que aunque ya hubo disposición para la construcción de este tramo por parte del gobierno federal lo que no hay son los recursos para liberar los derechos de vía por lo que la lógica era rehabilitar el tramo ya existente.
Y obviamente este tema de la conexión carretera será la bandera de todos los aspirantes a la diputación federal lo mismo que la generación de empleos, la seguridad y otros temas que no están tan cercanos de dar a conocer a los ciudadanos la intención o posición que guardan los aspirantes en materia legislativa.
Esto indica que a partir del próximo lunes, los medios de comunicación habremos de saturar a la ciudadanía con los proyectos en materia de infraestructura que planteará cada uno de los aspirantes, sin embargo el garbanzo de a libra será cuando demos a conocer una oferta legislativa profunda y seria por parte de alguno de los aspirantes.
La oferta para el electorado del cuarto distrito abarca rancias y nuevas dinastías políticas, por un lado Salvador Romero Valencia, agroindustrial con raíces en Jiquilpan pero avecindado desde hace lustros en la capital de Jalisco, hijo del dos veces ex alcalde de Jiquilpan Jorge Romero, literato, pedagogo y político, quien guarda una inmejorable imagen en el priismo de la Ciénega salvo por dos episodios: cuando impulsó la primera candidatura del Partido Acción Nacional en Jiquilpan en la persona del hoy referente perredista Alberto Novoa, y recientemente cuando encabezó las manifestaciones en contra del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán cuando este órgano de justicia electoral retiró la constancia de mayoría y validez de la elección al perredista José Francisco Álvarez Cortés como alcalde de Jiquilpan, triunfo que después fue ratificado por el TEPJF.
Por el otro lado, ironías de la política, en el PRD, Gerardo Sinaí Álvarez Cortés, hermano del alcalde de Jiquilpan, hijo de un extraordinario cronista deportivo local y docente es quien busca la curul de la tierra de los Cárdenas, entre las pocas batallas bien libradas de Sinaí Álvarez se encuentra el haber logrado superar en la encuesta del PRD a dos verdaderos lobos de mar en la cuestión esta de vivir dentro de la vida partidista: Serafín Ríos Álvarez, amo y señor del Valle de Tangamandapio y anexas y a Francisco Mora Ciprés, Barón de la Ciénega, quienes hasta antes de la encuesta de marras parecían inamovibles de la candidatura.
En fin que, resultará común ver al candidato del PRI ofrecer en sus discursos gestionar para la generación de empleos en este distrito y es que el señor Romero Valencia ha generado infinidad de empleos en muchas otras regiones del país.
Mientras que Sinaí Álvarez deberá, por fuerza, abordar otras aristas de la problemática existente para rellenar sus discursos, ojala los equipos de ambos aspirantes, previo al inicio de las campañas den un recorrido para ofrecer a los candidatos un panorama real de esta región y no escuchemos discursos que no guardan relación con las necesidades de este distrito.