José Luis Ceja Guerra
Semana ajetreada para los actores políticos y sociales de la ciudad de Jiquilpan a partir de la discusión de dos temas torales en esta localidad: Por un lado el tan llevado y traído tema de la cabecera distrital y porque, se supone, este lunes integrantes de la comisión de Fortalecimiento Municipal y Límites Territoriales del Congreso del Estado realizarán una revisión de campo a la zona limítrofe de Sahuayo y Jiquilpan.
Ambos temas, aunque se pretenda negar, hieren sensiblemente el amor propio de los tradicionalistas jiquilpense porque, una cosa es que se pierda territorio o que se pierda la cabecera distrital y otra cosa es que, ambas pérdidas, beneficien de manera directa al municipio de Sahuayo.
Para nadie es un secreto que existen grupos en Jiquilpan que de manera soterrada han venido alimentando y reviviendo la mítica rivalidad de estas dos poblaciones, ante lo cual es necesaria la aparición de un verdadero líder que pueda evitar que las ansias de estos grupos que se sienten redentores de la herencia y tradición jiquilpense generen verdaderos desencuentros.
Pese a esa “rivalidad” Jiquilpan y Sahuayo han encontrado a lo largo de la historia más cosas y causas que los unen que las que los separan; la economía de Jiquilpan no podría concebirse sin el empuje de Sahuayo a través de la generación de empleos y en contraparte el comercio sahuayense no podría mantener su estatus de rentabilidad sin la población de Jiquilpan.
A todos les queda claro que la unión física de Jiquilpan y Sahuayo, justo en su zona limítrofe, es nada más cuestión de tiempo, es un proceso prácticamente inevitable merced a la ubicación de la Universidad de la Ciénega que, parece, es la manzana de la discordia, pero hay que entender que el crecimiento de las dos ciudades, una en pos de la otra, es solamente eso, un acercamiento de casas y de bardas y que no implica necesariamente un abandono del sentido de pertenencia.
El diferendo por la posesión de esta franja de terreno no es nuevo de acuerdo a Álvaro Ochoa Serrano, Investigador del Colegio de Michoacán: “Hacia 1597, los de Jiquilpan tuvieron dificultades porque ‘queriendo introducirse una Da. María Magdalena [madre de los Carranza,] india principal de Saguayo, ganó este pueblo Real Provisión para que fuese lanzada y se amparara en la posesión a los Naturales como con efecto se practicó’”.
Sin embargo, lo que ha molestado son las formas pues es claro que, como se había señalado en ocasiones anteriores, la mesa técnica reunida para solucionar este centenario asunto carece de los elementos completos para presentar una propuesta decorosa para ambas partes.
Baste señalar que el mismo Ochoa Serrano cuestiona el manejo de fuentes históricas que hace Francisco Gabriel Montes Ayala, miembro de la mesa técnica por encargo del diputado local José Eduardo Anaya Gómez ya que, señala, lo hace: “con manipulación sin la elemental crítica de fuentes”.
En lo que hace al tema de la cabecera distrital es de recordar que en el Código Electoral del Estado de Michoacán, publicado en el Periódico Oficial el 4 de mayo de 1995, en el artículo 69 se establece la conformación de los distritos electorales locales, en esa fecha, Jiquilpan es designado como cabecera del Distrito XIII con los municipios de Briseñas, Chavinda, Marcos Castellanos, Pajacuarán, Regules, Sahuayo, Venustiano Carranza y Villamar.
De acuerdo a la Ley Orgánica de División Territorial de Michoacán (promulgada el 20 de julio de 1909) Jiquilpan era también cabecera del Distrito XIII administrativo del estado de Michoacán: “Artículo 15.- El Distrito de Jiquilpan, se forma de la Municipalidad de su nombre y de las de Guarachita, Sahuayo, Régules, Cotija Tingüindín.
La Municipalidad de Jiquilpan, comprende: su cabecera, ciudad de Jiquilpan de Juárez. Tenencia: Ornelas. Hacienda: Cerrito Pelón y La Lagunita. Ranchos: El Molinito, El Cerrillal, Los Remedios, La Parota, Palos Altos, Potrero de Calera, El Güicho, El Salto, La Cofradía, El Fresno, Santa Barbara, Paso del Buey, Los Laureles, Chiqueritos, Huirio, Las Animas, La Tinaja, Las Minas, El Reparo, El Guajolote, Huerta, Las Mesas, Los Rábanos, Los Corrales, El Centinela, La Purísima, La Provinencia, La Arena, Vista Hermosa, Palo Dulce, La Fresa, Coyacho, Paredones, El Rincón, Astillero, Cerro de San Francisco, Gálvez, El Junco, Bellavista, Barranca del Aire, Llano Prieto y La Santa Cruz”.
Visto lo anterior, y ante la gama de aristas que ofrecen estos temas, valdrá la pena saber, de estos actores políticos y sociales, de estos personajes que viajan de uno a otro municipio en busca de recursos y apoyos, cuál será su postura…
Decía mi abuelo…
Ya está servida, ahora la bebes o la derramas…