José Luis Ceja Guerra
Por si no bastaran los problemas económicos, sociales y políticos de Jiquilpan, parece que la denominación de Pueblo Mágico se ha convertido en la manzana de la discordia entre grupos caciquiles, quienes por todos los medios intentan meter dentellada a este jugoso pastel.
Y es que, en esta desenfrenada competencia que tienen los notables de Jiquilpan por apoderarse de cuanto patronato, comité o asociación civil que nace, están a punto de llevarse entre los cascos el nombramiento de Pueblo Mágico cuyo comité fue integrado por personas seleccionadas, dicen, por la misma ex titular de la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal.
En ese estado de cosas le tocó a los integrantes del auto convocado, auto validado y auto legitimado Consejo Ciudadano y a los integrantes del opaco patronato del Hospital Civil Lázaro Cárdenas llevarse la totalidad de este pastel que si bien no les representa un ingreso económico, que además no necesitan, sí les da derecho de picaporte y cierta, digamos, autoridad moral con las autoridades de este municipio.
Era nada más cuestión de tiempo para que los que quedaron fuera levantaran la voz y tiraran la coz y ahora sí cuestionaran la proverbial opacidad del patronato del Hospital Civil Lázaro Cárdenas y, ahora sí denuncian prácticas caciquiles que antes solapaban.
Lo curioso es que grupos como Mujeres Unidas por Jiquilpan pretenden ahora jugar al Abogado del Diablo y demandan que la prole, ese montón de gente que ellos llaman ‘pueblo’ se sume a su cruzada por rescatar este comité de lo que han llamado el mismo grupo de siempre.
Pero el pueblo, esa masa que trabaja y de vez en vez vota, tiene muy claro que hay un doble discurso en la odisea que pretende arrancar la ex precandidata priista al gobierno municipal, y es que para nadie es un secreto que a la simpática líder de este grupo de voluntarias, que funcionan más en lo mediático que en lo operativo, le encanta negociar el tema político y no se descarta que el movimiento que pretende iniciar, apoyada apenas por diez personas que, evidentemente no son la representación del pueblo, lleva la intención de que sea el grupo del ex edil Francisco Mora quien dirija los destinos del Comité de Pueblos Mágicos, a fin de cuentas este grupo ya opera el patronato del Proyecto Turístico y de Sericicultura.
Pero como dijera uno de los integrantes del flamante comité de Pueblo Mágico en una reunión con un representante del Congreso de la Unión: “esto no es al contentillo de la gente”.
Ante los beneficios, sociales, políticos y económicos que brindan estos patronazgos, este humilde e irreverente tundeteclas anuncia su intención de conformar el Patronato jiquilpense para bajar recursos federales, estatales, municipales y comunales a fondo perdido y por aquello de la experiencia y citando a los clásicos jiquilpenses voy a invitar a presidirlo al mismo grupo de siempre.
Redistritación…
Y antes de que nos vuelvan a soltar un león en la lobera, un pelícano asesino y la versión recargada del Chupacabras del Platanal, les aviso que viene el tema de la redistritación en el estado, y antes de que aquellos paladines de la historia política, social y cultural de Jiquilpan empiecen con el borrego de que “Sahuayo nos quiere quitar la cabecera distrital” y quieran armar un movimiento generalizado, les digo que no hay peligro ya que de acuerdo a la representante del Congreso de Michoacán ante el IEM uno de los criterios para definir es el de las cabeceras históricas y Jiquilpan entre intentos e inventos se ha mantenido como la capital política de la Ciénega.