“Consummatum est”.
Octavio Vega
Con la venía del Creador, nuevamente aquí con Usted amable lector, que hace posible esta columna.
La frase inicial con la que inicio la presente columna es una locución latina, que significa que todo ha terminado. Y viene a la nota porque es la definición que muchos periodistas han dado a la conclusión de la reforma energética, donde las cámaras no requirieron más que los votos del PRI, PAN y Verde Ecologista para hacer posible la aprobación de dicha reforma, los dizque partidos de izquierda no lo pudieron impedir.
De los que estuvieron en contra, según mi parecer, de las más sustentables fue la postura de Manuel Bartlett, senador del Partido del Trabajo. Hay quienes opinan a favor viendo esta reforma con adjetivos tales como: momento cumbre, proeza política, cambio real, de hondo calado, una realidad, y más allá, al compararlo con un buque, que afirman hay que llevarlo a puerto seguro. En contra, tales como: vende patrias y traición entre otras tantas.
Se dice que PEMEX terminará por bien morir con lo anterior. Hoy la carga tributaria que la agobia en segundo plano – porque el primero es la corrupción-, no será competitiva, y que como la CFE, terminara por ser sólo un canal de distribución.
La palabra correcta es PRIVATIZACIÓN. Tenemos ya un antecedente con la banca comercial, y aún no vemos beneficios, ya que nos agobia con sus costos, nos limita con los créditos, y es ahí donde tendrían las cámaras que ponerse a trabajar, en cuanto a los grilletes que representan los altos costos del dinero y la limitación para adquirirlo por la calificación del buró de crédito que obliga al ciudadano a visitar al agio y a las desreguladas casas de empeño que terminan por quedarse hasta con el nombre.
La frase de “que todo se ha consumado” no la comparto. Al contrario puedo avisar que esto apenas empieza. Cómo será la interrelación de las petroleras con la inseguridad, contra la corrupción; contra la misma regularización legal, fiscal y administrativa. En cuestión de seguridad, y para evitar un flagelo al que denominan el Cartel Negro, que consiste en el robo de gasolinas de los ductos, y que según cifras asciende a más de 65 mil millones de pesos al año, ¿quién y cómo lo combatirán? ¿El estado? ¿Guardias blancas?
Esto apenas empieza. Y si es como asegura el senador Beltrones que los beneficios se verán hasta dentro de 3 años, por lo pronto, las próximas elecciones se verán muy afectadas, con comportamientos irregulares.
Bien dice el dicho: no tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre, no tienen la culpa los diputados y senadores sino quienes los elegimos. Se han preguntado por ejemplo la actuación de nuestra diputada federal en lo referente a su voto a las diversas reformas…. Estoy seguro que no.
En cuanto a la nueva bandera de los partidos de izquierda, de su referéndum, de su función creo que no prosperará. Lo considero así porque el ciudadano común, el de a pie, que somos la inmensa mayoría ya no creemos en redentores, y más cuando se pudo haber formalizado una alianza, un fortalecimiento de dichos partidos. Ahora sí, la izquierda no sólo está fracturada, sino vapuleada. ¿Será coincidencia? – No lo creo, es la maquinaria del sistema, divide y gobernaras.
Pues bien, sólo nos queda esperar y estar atentos como buenos espectadores, y pensar que una mejor vida, traducida en empleos y bien remunerados esté por llegar. Considero que no hay nada caro, que todo es el reflejo del contenido del bolsillo. Podremos tener una vida cara, que no nos importaría, si nuestro ingreso diera para cubrirla. Si no, ya vivimos una vez la historia, confío en que no se repita aunque los síntomas digan lo contrario.
Es cuanto.