Octavio Vega. “París bien vale una misa”
LA FRASE/ La figura política de Enrique de Borbón, Rey de Navarra y de Francia conocido como Enrique IV, es bastante interesante. Etiquetas de “El Grande”, “El Buen Rey”, lo colocan para muchos franceses como el mejor monarca que ha gobernado ese país. Se le atribuye la frase: “Un pollo en las ollas de todos los campesinos, todos los domingos”, que simplifica perfectamente su política de hacer feliz a su pueblo, no sólo con poder y conquistas.
Ahora, partiendo de la frase y de su impacto político, nos define perfectamente como la práctica de la consecución del poder por el poder, o como sentenciara Nicolás Maquiavelo, de que el fin justifica los medios, es una acción añeja. En todos los partidos se da, y voy más allá, es un “tutti frutti” o mezcolanza política, donde se le ayuda al color contrario para afectar a mismos compañeros.
Toca el turno al Partido Acción Nacional, y muestra como tampoco escapa a este consumismo político, donde los principios van a la cola, escribiendo en sentido figurado aclaro, y las rencillas son cosas del pasado.
Siempre he creído que la política debe de ser completamente autónoma de la vida particular del actor político, pero eso sólo ocurre en teoría, puesto que es lo primero de lo que “se echa mano” para mostrar la vulnerabilidad y desacreditar al oponente. Difama que algo queda, podría ser el título de una película, pero no, es el de una práctica común. Y así, como eso, hay que pensar bien lo que se dice o lo que se hace, aunque al final todo tenga arreglo… Pero es muy penoso que te tengas que “tragar” tus palabras ya que tu interés hace mayor el mérito.
En diciembre pasado en una reunión en la casa de Julio Castellanos Ramírez, ante el asombro de propios y extraños, que no creían lo que sus ojos veían, en una tradicional posada convivieron blanquiazules que en el pasado se tiraron hasta con la toalla, después muy vistosa en las páginas del face donde se realzaba y ensalzaba a la amistad entre estos personajes “peleados”. Entre viandas y aguinaldos se dio a lugar una reunión impensable, ya que los antecedes mostraban la animo adversidad de los grupos ahí reunidos, cual agua y aceite.
Quiero aclarar que mis comentarios obedecen única y exclusivamente al análisis, que independientemente de su fin, del valorar si vale la misa o no, los efectos que causan en quienes creyendo en sus ideales, les tocaron sufrir afectaciones, daños colaterales.
Ha quedado grabado en la memoria de muchos militantes de Acción Nacional el suceso de finales del mes de agosto del año 2007, en que Julio Castellanos Ramírez en su natal Zamora, entonces oficial mayor del gobierno federal, tuviera una diferencia marcada con el grupo que encabezaba el Lic. David Martínez Gowman y que posteriormente se le diera el tinte político en los pasillos de su partido y en la asamblea de elección realizada en el Teatro Don Bosco.
Hoy la re conformación de los grupos al interior de Acción Nacional es una sorpresa. Lo aparentemente inadmisible, Julio Castellanos en unión con otros personajes de los que se pensó nunca los tendría como aliados, se confrontan con el liderazgo de la señora Rosa Hilda Abascal y del Grupo denominado “Más Azul”, que lo conforma lo reacio del panísmo zamorano.
LOS EFECTOS COLATERALES / Tal como citaba la semana pasada cuando hablo de la alianza del Ing. Pablo Gutiérrez con Martín Samagüey, hoy toca el turno de hablar de la alianza JKD, quienes definen su estrategia considerando la importancia de lo que está por venir y que es la permanencia en el poder de hasta 12 años, de acuerdo a la Reforma Electoral, y que prevé la reelección. Todo un caramelo. Pero y la gente que ha seguido esos liderazgos, ¿cómo ve esta nueva alianza? ¿Qué piensa de esos amarres?
En las cúpulas hay intereses, pero las bases son idealistas, se enamoran del color, se maridan con el estatuto. Hay quienes no sólo no comprenden las malas expresiones de unos contra otros, ni las revanchas políticas, ni las exclusiones de que fueron objeto, sino que traen a la reflexión de cuánto y de cuando perdieron su trabajo por seguir a su líder, de los muchos que jugaron su prestigio y militancia; de los tiempos de las vacas flacas.
Por creer en un proyecto y que ahora, ¡zas! –ven con desconcierto que todo aquello que dejaron, todo aquello que han sufrido, todo aquello por lo que han luchado ya no tiene razón más de ser… ¿Desamor, frustración, desconcierto?- ¡Ah, que pasiones tan humanas!
Le voy a recomendar que vea la biografía de Enrique IV, está en Wikipedia, para que pueda comprender más su “ansía de poder”. Aquí, los nuevos actores políticos tal como el citado rey, que seguía siendo calvinista disfrazado de católico: nuestros actores políticos, en el fondo, se siguen odiando y sobre todo manifestando sus diferencias personales, pero el disfraz, la máscara, la persona, esa durará hasta que pase la elección…La reelección, la candidatura, ¡Bien vale una misa!
Es cuanto.