· Cientos de visitantes y familias de la entidad, acuden a Santa Fe de la Laguna, Tzintzuntzan, Arócutin, entre otras comunidades, para vivir de cerca la tradición
Tzintzuntzan
La Noche de Muertos en Michoacán es una tradición que combina los ritos purépechas y el catolicismo, lo que hace única esta experiencia. Entre el aroma a cera derritiéndose y flores que dan color a todos los espacios, es como los cementerios municipales, que suelen ser de dolor, se visten de celebración este primero y dos de noviembre para vivir el Ánimeecheri K’uínchekua (Fiesta de las Ánimas en purépecha).
En un ambiente totalmente familiar, visitantes de diferentes países y estados de la República Mexicana, se dieron cita en el cementerio municipal de Tzintzuntzan, para observar cómo los pobladores adornaron las tumbas de sus seres queridos en espera de su regreso.
El Día de Muertos cuenta con diferentes actividades para el deleite y preferencia de las y los visitantes, donde pueden apreciar la belleza de las artesanías, maquillarse de catrín y catrina, adquirir calaveritas de azúcar, velas; presenciar el desfile de las cruces, la visita a los cementerios municipales y el juego de pelota, donde el historiador italiano Alessandro, comprobó que esta celebración mexicana se vive de la mejor manera en Michoacán.
“Me gusta cómo está aquí, hay muchas velas y cempasúchil, la gente ya está más acostumbrada a los turistas y es diferente a otros pueblitos que he visitado de México, me gusta aquí porque te transmiten que el muertito está vivo y que no eres un completo desconocido”, manifestó.
Habitantes de Santa Fe de la Laguna honran a los suyos en sus hogares
En la comunidad de Santa Fe de la Laguna, la tradición de Día de Muertos se celebra de manera diferente, pues los altares se instalan dentro de los hogares para honrar a los seres queridos que han fallecido durante el último año.
Para poder ingresar a las casas y disfrutar de la belleza de los altares, las y los visitantes tienen que pedir permiso a los familiares y llevar una ofrenda como pan, velas o fruta, que muestre su sentido pésame.
“Nosotros no vemos la muerte con tristeza, ni como símbolo en calaveritas, nosotros la vivimos de manera diferente, esperamos con fiesta y alegría el regreso de nuestros seres cada año, ritual muy diferente a como se vive en las ciudades”, compartió Edgar Pérez.
Durante el primer aniversario luctuoso, la tradición dicta que los padrinos son invitados especiales, es decir, personas cercanas al fallecido o fallecida, quienes llevan ofrendas como alimentos y objetos que los difuntos disfrutaban en vida.
Arócutin, una comunidad digna para el regreso del más allá
En la comunidad de Arócutin, perteneciente al municipio de Erongarícuaro, finalizó la ruta de Noche de Muertos, donde la mirada de miles de visitantes reflejó asombro por la belleza de los arreglos de las tumbas.
En un ambiente de fiesta, pero con absoluto respeto, los y las turistas disfrutaron de un juego de pelota, en el que niñas y niños hicieron danzar la bola de fuego; previo a esta actividad, se realiza un ritual espiritual para poder dar inicio al juego.
Uno de los grandes espectadores fue el secretario de Turismo Federal, Enrique de la Madrid Cordero, junto a su similar estatal Claudia Chávez López.