Oscar De La Rosa, Zamora
El servicio de los lava tumbas es un oficio que se pierde en el olvido a los muertos. La falta de constancia en el arreglo de las gavetas por parte de los familiares y la indiferencia en el tema han propiciado el hecho de que sea una actividad que se encuentra en extinción porque ya no se generan ingresos los fines de semana para sostener sus hogares.
“Ya no sacamos para la “papa”. Antes cada fin de semana nos íbamos con 300 o 400 pesos cada fin de semana; ahora, no sacamos ni 100 pesos. La verdad es que a la gente ya no le interesa mantener limpia la última morada terrenal de sus familiares y quienes lo hacen, realizan las cosas de manera esporádica”, mencionaron a EL INDEPENDIENTE lava tumbas que todavía laboran en el panteón municipal.
Consideraron que una de las causas por las que ya no existe el interés de lavar tumbas es porque la gente se olvida de las gavetas al sacar los restos de los difuntos para cremarlos y depositar sus cenizas en diferentes urnas que se encuentran en iglesias o templos. De esa manera los espacios de granito (material con el que generalmente hacen las construcciones) quedan en el olvido totalmente.
“Ahorita cuando más aprovechamos es en los días santos, 1 y 2 de noviembre. Es casi la única fecha del año en que se visita la tumba del difunto y es cuando estamos puestos para limpiar la gaveta, lavarla con agua y darle el retoque a las letras o figuras que adornan el espacio. La chambita es como un aguinaldo anticipado, porque nos llevamos arriba de mil pesos”, dijeron.
Agregaron que en otros casos, hay familiares que prefieren hacer los trabajos respectivos para no gastar en una limpieza que cuesta sobre 250 pesos en estas fechas, con el corazón y los ajustes que implican esos trabajos para honrar la memoria y la imagen de la morada de los difuntos, meses o años después de dejar el plano existencial.