José Luis Ceja Guerra
Desde el mes pasado en los diarios que circulan en el estado hemos podido leer sobre las deudas que dejaron varios ayuntamientos entre estos Jiquilpan, Sahuayo, Marcos Castellanos, sin embargo, seguro, estoy que este informe tardará todavía en otros municipios por diversas causas.
Entre éstas, el hecho de que hasta el momento no se ha entregado ya un dictamen de las comisiones de recepción de las actuales administraciones, o que los resultados arrojados ponen a pensar seriamente a los alcaldes sobre la conveniencia de darlos o no darlos a conocer.
Y es que cuando un alcalde sale a decir que le dejaron un municipio endeudado tiene la obligación de dar a conocer el monto, los acreedores y sobre todo, el responsable de este adeudo a fin de que la ciudadanía pueda emitir un juicio con todos los elementos existentes y no se realice una Cacería de Brujas contra toda la administración saliente en la que, por fuerza, tuvo que haber un responsable de los dineros públicos y un responsable de decidir el destino y modo de utilización de esos dineros.
Semanas antes de que terminara la anterior administración municipal algunos oficiosos comunicadores nos hicieron saber que gracias a la labor del entonces director del OOAPAS de Jiquilpan Moisés Arredondo, dicho organismo ostentaba finanzas sanas, y, crédulos de nosotros, postulamos al director a cualquier premio de economía existente… ¡Triste desilusión! Ahora resulta que nada más se le deben a Conagua poco más de 4 millones de pesos por concepto de uso de aguas nacionales, evidentemente existe ahí una corresponsabilidad entre quienes fueron el director de este organismo, el presidente municipal, presidente también de la Junta de Gobierno de Agua Potable, y la misma Junta de Gobierno y el Consejo Consultivo de Agua Potable.
Lo anterior sólo para ejemplificar que sí se pueden determinar responsabilidades, por ende, las actuales administraciones municipales tendrán la obligación de buscar que esto se esclarezca porque, a fin de cuentas, quien paga el plato, inevitablemente, es el ciudadano que realiza de manera oportuna el pago de sus servicios municipales.
Lo triste de hacer campaña política es que, eventualmente, los ciudadanos comienzan a exigir que las promesas hechas durante los actos proselitistas se vean ya cumplidas y el problema es que en muchos de los municipios simple y llanamente no hay recursos para cumplir.
Luego de que se señalara la necesidad de unificación del PRD en torno a las candidaturas al Senado y la diputación federal por el cuarto distrito electoral de Jiquilpan, fue el presidente del comité municipal de Venustiano Carranza quien puso el dedo en la llaga al llamar a las diferentes corrientes de pensamiento a unificarse lo que se ve harto difícil cuando en el municipio de Sahuayo existe ya una franca división entre los grupos perredistas de este municipio a tal grado que existen dos oficinas de este instituto político en este municipio.
Caso contrario en el PRI donde, aseguran, cuentan ya con el respaldo de Felipe Díaz Garibay, ex legislador federal panista y quien en el pasado inmediato ganara la elección interna para integrarse a la lista de candidatos a diputados federales por la vía plurinominal y quien poco después perdiera la contienda interna por la candidatura uninominal de Acción Nacional por el distrito de Jiquilpan aunque este apoyo al candidato del PRI no h a sido confirmado ni desmentido por Díaz Garibay.
¡Rayos! Hay tantas cosas en materia política que me gustaría compartir con las cinco personas que acostumbran leer mi columna pero, IFElizmente, por razones que mi mente no alcanza a comprender, me tengo que quedar callado.