Noé Ortiz Con el ejercicio que realizaron los jóvenes de #Yosoy132 en el debate del día de ayer, mostraron que hay otras maneras de abordar la política, fuera de las oficiales. El formato que presentaron permitió un intercambio de ideas entre candidatos, con candidatos y estudiantes y con un público anónimo a través de preguntas, y con todos sus asegunes, rebasaron por mucho al formato del IFE, que hay que recordar, desde 1988, es decir, desde hace 24 años!!!, es el mismo formato: un cuarto de siglo sin evolución, más preocupado por que los candidatos no salgan lastimados, que por ofrecer a la ciudadanía una ventana clara para conocer sus ideas y cuestionarlos. Lástima de producción, pues la trasmisión se interrumpió infinidad de veces, perdiendo la ilación de las respuestas y el ritmo de las réplicas y contrarréplicas (más acordes a esta definición que lo que vimos en los dos debates del IFE ((en serio, un cuarto de siglo sin cambiar el formato???)), lo que me lleva a retomar la idea que los mismos estudiantes han defendido: la necesidad de contar con espacios que garanticen la calidad en la trasmisión de información, fuera de los controlados por las televisoras, de tal manera que este tipo de ejercicios ganen o pierdan adeptos en función del atractivo que presenten para el público, y no sólo por la calidad con que se trasmite. Los jóvenes sólo son responsables de lo que organizaron: un debate que atendió a sus inquietudes y cuestionamientos. Eso sí, yo no vi a ese grupo de “porros violentos” que se mencionó en redes sociales, ni creo que el formato que organizaron permitiera una “confrontación agresiva” en contra de Peña Nieto, si hubiera ido, al menos que tuvieran todo tan orquestado y preparado para hacer trampa y mostrar un formato distinto con la presencia del abanderado priísta, como sugirieron partidarios tricolores apenas acabado el debate, aunque el león cree que todos son de su condición. Con los candidatos no hay novedad, me quedo con la misma idea: ninguno de los tres tiene la capacidad ni la visión para comenzar la solución de nuestros problemas, pues los tres que fueron repiten el discurso de verdad absoluta, sólo la palabra de ellos es válida y posible, y los otros son enemigos que quieren fregar al país, y el ausente mostrando su incapacidad para dialogar y presentarse en un escenario adverso, como si llegando a la presidencia todos fueran a estar de acuerdo con él y apoyándolo. Un sano ejercicio que servirá en la medida en que su multiplique por grupos de la sociedad, sin importar que tengan preferencia por cualquiera de los partidos políticos, pues a final de cuentas, no conozco yo un movimiento social que haya sido concebido sin pecado. Claro que a los únicos que les molesta la existencia de estos grupos, es a los que sólo saben discutir fundando sus razones en insultos.