-Sin embargo derechos de trabajadores no se respetan cabalmente
Elena Rojas, Zamora
“El acolchado y macro túnel han incrementado la producción de fresa en esta región y por tanto se ha elevado el número de empleos que se generan con la producción de esta frutilla. Mientras que una hectárea a cielo abierto requiere de 850 jornales con un rendimiento de 22 toneladas, una hectárea tecnificada supera las 36 toneladas y ocupa de 1 mil 250 jornales”, señaló José Luis Sefoo Lujan, investigador del Colegio de Michoacán (ColMich) del área rural.
Dijo que en esta región se estima una superficie de 4 mil hectáreas de fresa tecnificadas, situadas principalmente en los municipios de Zamora, Jacona, Tangancícuaro, Chavinda, Tangamandapio e Ixtlán, las cuales requieren un estimado de 5 millones de jornales, “pero puede ocurrir que un solo jornalero esté realizando dos jornadas o tres diariamente”.
Detalló, “y es que con la tecnificación se ocupan más jornaleros, ya que aparte de preparar el suelo, que en buena medida se hace con máquina, se coloca la estructura metálica y el plástico y el corte se hace a mano”.
Aseguró que los productores generalmente buscan mano de obra de zonas más empobrecidas como Santo Tomás, Huancito, Etucuaro, u otras comunidades de Chilchota, Tangamandapio y Ecuandureo, ya que por su situación precaria malbaratan su esfuerzo con un pago de 180 pesos por dia y trabajan con mayor ímpetu.
Expresó, “la agricultura local tiene dos caras: por una parte genera trabajo para mucha gente y por otra: devasta los niveles de agua, deteriora las relaciones con los insectos. Por ejemplo, se están generando nuevas plagas y hongos en las fresas. Además, los jornaleros están enfrentando una situación difícil, ya que por tratarse de empleos temporales no se les asegura todo el año y no pueden acumular semanas cotizadas para una futura pensión o jubilación”.
Además, resaltó, es un sector laboral que corre diversos riesgos desde intoxicaciones, cáncer de piel por el sol, cáncer relacionado al uso de pesticidas, picaduras de insectos, accidentes de trayecto, etcétera. Por lo que de la agricultura tenemos esa cara progresista de empleo y una cara deprimida: por los derechos menguados al trabajador y un ámbito de la naturaleza averiado”.